La anemia por déficit de hierro es el problema nutricional más frecuente, afectando más a lactantes, niños y mujeres embarazadas, ya que están en un periodo de crecimiento y desarrollo muy rápidos.
Durante la infancia, la deficiencia de hierro afecta el desarrollo motor y el intelectual, provocando problemas de aprendizaje. Las consecuencias del déficit de hierro durante los dos primeros años de vida pueden ser irreversibles. Los niños con anemia por déficit de hierro pueden tener un retraso en el desarrollo psicomotor, sobre todo en el lenguaje, coordinación y capacidad motriz.
En niños de 2 a 5 años, la anemia por déficit de hierro puede provocar dificultad para aprender a discriminar entre estímulos visuales o para mantener la atención selectiva.
Medidas para prevenir la anemia por déficit de hierro
- Mantener la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses.
- Introducir alimentos ricos en hierro y vitamina C cuando se empiece la alimentación sólida
- Consumo de alimentos enriquecidos con hierro y vitamina C.
Como tratamiento profiláctico se suele pautar sales de hierro, ácido fólico y vitamina C.
Alimentos ricos en hierro:
- hígado de cerdo
- riñón de res
- ajonjolí
- hígado de pollo
- hígado de res
- riñón de cerdo
- chorizo
- perejil
- corazón de res
- yema de huevo
- corazón de cerdo
- carne de res
- leguminosas
- vegetales de hojas verdes.
Consecuencias de una dieta pobre en hierro
- anemia ferropénica
- mayor absorción de plomo
- problemas de aprendizaje
- poca oxigenación de los tejidos y órganos
Síntomas
- cansancio y debilidad muscular
- piel y mucosas pálidas
- taquicardia
- irritabilidad
- inapetencia
- mareos
- falta de concentración
- deseo de ingerir sustancias que no son alimentos (pica)
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