Los métodos de inducción al parto se pueden clasificar en mecánicos o farmacológicos.
Métodos de inducción al parto mecánicos
Los métodos de inducción al parto mecánicos son la maniobra de Hamilton y la amniotomía.
La maniobra de Hamilton consiste en el despegamiento digital del polo inferior de las membranas para favorecer la liberación de prostaglandinas. Se realiza introduciendo un dedo por el cérvix para realizar movimientos circulares con el dedo separando las membranas del segmento uterino inferior.
Los riesgos más frecuentes de la maniobra de Hamilton son: hemorragias, rotura prematura de membranas y contracciones irregulares. No supone mayor riesgo de infección materna o neonatal.
La amniotomía puede desencadenar el parto por sí sola si el cuello es favorable y en gestantes multíparas. Se realiza durante la inducción para complementar y potenciar la acción de la oxitocina.
Métodos de inducción al parto farmacológicos
Las sustancias farmacológicas más utilizadas son las prostaglandinas y la oxitocina.
Prostaglandinas
La aplicación local de prostaglandinas no se puede considerar un método de inducción del parto, aunque a veces lo desencadene. Su objetivo es la maduración cervical antes del uso de la oxitocina.
Está contraindicado en pacientes con asma, alergias, patología cardíaca, glaucoma, bronquitis espástica y placenta previa.
Las más utilizadas son las PGE-2 (dinoprostona), por vía vaginal o intracervical.
La dinoprostona por vía intracervical se utiliza a modo de gel y en dosis de 0,5 mg cada 6 horas, con un máximo de tres dosis en 24 horas. Se coloca en el canal endocervical mediante una jeringa estéril con sonda, y no debe sobrepasar el orificio cervical interno para evitar hiperestimulaciones. Se puede administrar oxitocina siempre que hayan pasado 4 horas de la administración intracervical.
Si se hace por vía vaginal, se introduce un dispositivo de liberación controlada impregnado con 10 mg de dinoprostona en el fondo de saco vaginal posterior, y se produce la liberación del preparado a una dosis de 0,3 mg/h.
Antes de administrar cualquier preparado de PGE-2 hay que monitorizar a la gestante con RCTG durante 30 minutos para conocer el estado fetal y la posible dinámica uterina.
Una vez administradas las prostaglandinas, se continuará con monitorización electrónica fetal durante 1-2 horas. La madre debe permanecer en decúbito por lo menos 30 minutos.
Oxitocina
La oxitocina es una hormona polipeptídica secretada por la hipófisis. Su forma sintética desencadena rápidamente las contracciones uterinas, sobre todo si el miometrio está preparado con prostaglandinas.
Se debe realizar un RCTG durante 15-20 minutos antes de comenzar a administrar la perfusión de oxitocina, para conocer el estado fetal y la dinámica uterina previa.
Para preparar la perfusión se utilizan 5 UI de oxitocina diluidas en una solución de 500 mi, habiendo una concentración de 10 mU de oxitocina en cada mililitro de solución.
Para la inducción se suele utilizar el método Cardiff o de incremento geométrico, que se inicia administrando 1 mU/min y se va doblando la dosis cada 40-60 minutos.
Entre sus efectos secundarios, el efecto antidiurético e intoxicación hídrica es infrecuente, pero el más grave. Cursa con retención hídrica e hiponatremia, con alteraciones del sistema nervioso central. Sus manifestaciones clínicas son náuseas, confusión, convulsiones, coma e incluso la muerte.
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